Reseña: Los de abajo editado por María Julia Rossi y Lucía Campanella

Por Julieta Yenin

Cuando es lúcida y sensible, la crítica de la cultura tiene el don de hacer visibles zonas del pensamiento común que permanecían ocultas o parcialmente veladas. Editado por las investigadoras rioplatenses María Julia Rossi y Lucía Campanella, Los de abajo. Tres siglos de sirvientes en el arte y la literatura en América Latina consigue iluminar modos de relación conflictivos e históricamente invisibilizados o naturalizados en nuestras sociedades. Formas de sujeción que se manifiestan en distintos niveles de la acción y del discurso, y que incluyen no sólo las políticas y las regulaciones jurídicas que rigen el servicio doméstico, sino también sus formas de figuración y transmutación estética. Como señalan las editoras en el prólogo, la violencia simbólica que estas prácticas y normativas suponen es correlativa de aquella que se opera en el nivel de las representaciones culturales, mediáticas y legislativas.

Los diez ensayos que componen el cuerpo del libro abordan ficciones literarias y obras pictóricas, escénicas y cinematográficas latinoamericanas de los últimos dos siglos, desde la causeries de Lucio V. Mansilla hasta una performance reciente de la artista brasileña Millena Lízia. Trabajando entonces sobre un corpus que los mismos textos configuran, los ensayos de Betina González, Laura Malosetti Costa, Sônia Roncador, Karina Elizabeth Vázquez, Adriana Mancini, Martín Kohan, Victoria Sacco y Verónica Panella, Julia Kratje y las propias Rossi y Campanella leen las tensiones y disimetrías producidas por esas extrañas relaciones, que muchas veces son a un tiempo laborales e intrafamiliares, es decir, que suponen transacciones de tipo contractual, pero también fuertes dependencias materiales y afectivas gestadas al calor de la convivencia, en especial en las tareas de cuidados de niños, enfermos y ancianos. En los roles que encarnan amos y criados, las críticas leen variantes de una matriz de explotación estrechamente ligada a constantes socieconómicas y culturales —quienes venden su fuerza de trabajo como servicio doméstico, tanto en la vida real como en la ficción, son en una abrumadora mayoría mujeres migrantes que viven en las periferias de los grandes centros urbanos—, pero también detectan y analizan desplazamientos, modos de resistencia, sutiles mecanismos de subversión del statu quo. En esas lecturas aparecen, además, problemas teóricos que trascienden los nudos temáticos: las formas que asumen en las representaciones el realismo y el naturalismo, la tentación de la estetización o romantización de la pobreza, las tensiones entre cultura alta y cultura popular, las reducciones morales de los vínculos interclase, las formas de identificación de la labor del artista —marginal, improductiva, precarizada— con la del servicio doméstico, entre otros.

El libro se cierra con un epílogo que incluye dos aportes heterogéneos respecto del resto del volumen, pero que establecen un diálogo productivo con sus objetos estéticos: en primer lugar, una perspicaz lectura de Romina Lerussi de los textos jurídicos que regulan el trabajo doméstico en la Argentina, y en segundo lugar, el ensayo “Servicio y servidumbre” de Geneviève Fraisse, una referencia insoslayable para el tema dado su alcance metodológico y conceptual. Como la mayor parte de los ensayos que recoge el libro, ambos tienen, además, una marcada y necesaria perspectiva de género.

Reseña de Julieta Yelin de Los de Abajo (UNR Editora 2018) en la Revista Otra Parte.

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