En un nuevo aniversario del fallecimiento del autor rosarino Jorge Riestra, te compartimos una reseña sobre Salón de Billares, libro con el que recibió su primer galardón: el premio Carlos Alberto Leumann.
Por María Marinelli
Salón de Billares, del autor rosarino Jorge Riestra, cuenta la historia y las andanzas de un grupo de amigos amantes de la ginebra, el café y los juegos de casín. Editado por primera vez en el año 1960 por la firma Fabril Editora, hoy se convierte en un libro que imprime las viejas usanzas de la ciudad, transformándose en una joya literaria cuya razón de ser es resguardar y valorar la cultura rosarina.
La ficción transcurre en el café Nuevo Sol, establecimiento que, según cuenta la historia y mística local, realmente existió en el microcentro de la ciudad bajo el nombre de “20 billares”, también conocido como “Bar Olimpia”.
Riestra, en su relato, la da vida a la Vieja Guardia, amigos de tres generaciones distintas, criadas en torno de los pocillos de café y entre el humo de cigarrillos. Flamantes protagonistas, sus vidas son religiosamente monótonas. El juego, la destreza y el café son los infaltables de cada tarde. Sin embargo, la llegada de un completo desconocido, el extranjero Pachman, pone fin a la tranquilidad del salón. Con él, se desenlaza una gran crisis que detona en situaciones dramáticas, volviendo a la trama tan atrapante como entretenida.
En este sentido, y como consecuencia, dos visiones, antagónicas, toman protagonismo en la historia, que a lo largo de 3 capítulos y poco más de 200 páginas detalla las pequeñas luchas, victorias, idas y venidas de los vitalicios del billar. Por un lado, un grupo de hombres que son la esencia del lugar, y por el otro un extranjero, que viene a romper con las costumbres del Nuevo Sol. Es misión de la Vieja Guardia hacer respetar la cultura del bar que tanto aman y representa gran parte de sus vidas.
Jorge Riestra, quien confesó que el café es su “segundo hogar”, describe en Salón de Billares a una gran camaradería de hombres. Sus personajes, no hablan de sus asuntos personales, ni de sus familias. Menos de política. Pero si conversan del juego y de los asuntos que conciernen a la vida del bar. Toman tantos cafés como sus cuerpos lo piden y también, suelen disfrutar de una buena ginebra.
El murmullo, las charlas ocasionales, los silencios, e incluso la picardía; propia del casín, son elementos que no solo configuran las distintas escenas de la novela, sino que también hacen a la identidad del relato.
“Esta no es una historia maniqueísta, sino sobre las convicciones que, puestas en trance, hacen que las almas se conozcan realmente unas con las otras; y entonces, la prueba definitiva de que la amistad es una de las elecciones más importantes en la vida de las personas”, expresa la última frase de la contratapa de Salón de Billares perteneciente a la Colección Confingere.
Cabe mencionar, que dicha edición, con un diseño moderno, de tapa verde y figuras en negro que retratan una tarde de billar, inicia con un prólogo de Federico Ferroggiaro. El mismo, periodista y también profesor de letras, esboza un recorrido por la trama de la novela, “que remite a una época que ya no existe y a la que es impensable volver”.
El casín es un juego que requiere de paciencia, caballerosidad y respeto. La Vieja Guardia se ata a dichos valores, y a través de ellos permite llevarnos a un Rosario del pasado. La vida de bar, el café y las tardes en compañía imprimen cierta nostalgia, y Salón de billares no duda en capitalizarla y llevar al lector –quizás más joven- a un viaje que represente la épica de tiempos anteriores.
El autor, le da voz a cada uno de los personajes. Sus diálogos, elocuentes y sinceros, dejan conocer las mañas, y los pensamientos de los protagonistas. Asimismo, Riestra se encarga de describir en tercera persona, y de forma exhaustiva y detallada cada escenario. Tal narración, omnisciente, vista de afuera, invita a dicho lector a recrear en su imaginario cada situación, haciéndolo participe de los sucesos. Metáforas, comparaciones y una forma de escribir poética y cálida hacen a la narrativa de la ficción.
Por su parte, la investigadora Inés Santa Cruz, ya bien señaló que Riestra, a partir de este libro inaugura la construcción de un “decir rosarino”. Sus escritos y cada una de sus temáticas propuestas aluden a la ciudad, resaltando su historia y su cultura. En Salón de Billares, personajes taciturnos y viciosos habitan y transitan no solo en un espacio inspirado en un café que realmente existió, sino que también se frecuentan con personajes que representan grandes lugares de la historia rosarina, como lo es la librería “El Ateneo”. Sin dudas, este libro, a través de su relato plasma las vivencias y andanzas de un Rosario que hoy podríamos llamar del recuerdo. Su última edición fue realizada en el 2015 por UNR Editora, luego que Riestra, previo a dejar este mundo, le haya concedido todos los derechos de sus escritos. Ponderando su trabajo, dicha editora ha asumido la responsabilidad de llevar adelante un trabajo de recuperación de textos locales, entre los que se encuentran no solo Salón de Billares, sino que también otros títulos del autor. Dicha colección lleva el nombre de Confingere y representa un gran tesoro para la literatura rosarina.
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